Roce
de telas
antiguas
primitivas
Así
sugería
difusa
presencia
La busco
anhelante
sé que está
rondando
rodeándome
en vértigo
seductor
Sonrisa
perpetua
amarillenta
aliento
viejo
dulce
marfil
bajo telas
añejas
Nunca imaginé
placer
tan cálido
tan frío
rasgo
velo negro
deseoso
por fin toco
nudosa madera
asciendo
hasta
fríos
tarsos
Después
duro acero
fino
pero dulce
No demora
el éxtasis
mientras la
hoja se
hunde en
mi carne
1 comentario:
Querido amigo, en esta economía de versos huelo un exquisito sátiro, sobre todo, ya para la última estrofa. Me gustó mucho.
Cecilia Díaz.
Publicar un comentario