Primero
fue la luz
intensa,
roja y quemante.
Por ella
supimos
de la guerra
y la muerte.
Rojo se volvió
el cielo,
el río,
la tierra.
Después
la tierra tembló,
una, diez,
mil veces.
Todo se cayó.
Todo se está por caer.
Los sobrevivientes
no la llevamos mejor.
Todos los días,
al atardecer,
cuándo el rojo
es más intenso,
el verdugo
alza el hacha
en la plaza,
una, diez,
mil veces…
Por fin
supimos
del desgarro vivo,
peor
que muerte desgarrada
7 comentarios:
Ahhh José, como esto pone en perspectiva las ideas, los problemas!!
Saludos
Jose impresionante , la verdad esto es sin palabras, yo me pregunto porque la vida se ensaña tanto con este pueblo.que de lo que mas save es de hambre,muerte , tristesa, infelicidad.-
José, qué alegría, no sabía que tenías blog!
pongo el link en el mío, si me dejás, así lo tengo cerca para dar mis pasaditas y también otros pueden llegar a él desde La fragua
Un abrazote!
¡Será un placer enorme y un honor aún mayor! Gracias mil y abrazote, por supuesto.
José, hermoso, en éste momento Haití somos todos, ojalá no nos olvidemos de que ellos siguen estando igual que nosotros y que todos somos ciudadanos del mundo y nos necesitamos...mucho. Abrazo apretado. Caro Barreto.
Eso, eso mismo...
Que impotencia mirarlo desde acá...
Saludos!
Cuando sucedio lo de haiti, me senti muy identificado. He tenido fuertes temblores aqui donde resido en japon. Es una sensacion horrible de miedo e impotencia, y lo breve que puede ser la vida. Hay una mezcla de resignacion ante una cosa asi, no tenes a donde salir corriendo, solo esperar haber que pasa...
Publicar un comentario